PORQUE LO DIGO YO (y mi perro y mi gato me dan la razón)

Cuando voy a los centros comerciales evito pasar por delante de tiendas de animales, aunque haya una ley que prohíba que estén expuestos de manera que sean vistos desde el exterior. Esta ley que se va mediocumpliendo en tiendas céntricas se cumple bastante menos en las tiendas de barrio.
El sábado paseando por el Barrio Del Carmen vi cuatro cachorros, dos perros blancos y negros y dos gatitos blancos. Aunque no estaban en el escaparate se veían perfectamente desde la calle sin necesidad de pararte siquiera. Pero, claro, me paré.
Los dos cachorros compartían un claustrofóbico ¿habitáculo? de unos treinta centímetros cuadrados, los gatitos al lado en otro exactamente igual. Estaban al lado de la puerta, como iba paseando con Kuko se quedaron los cuatro mirando fijamente hacia él, con unos pequeñísimos ojos tan llenos de tristeza como de esperanza, los míos enrojeciéndose.
Me fui a mi casa apretando los dientes, conteniendo el llanto y dando gracias de no vivir en América y tener una pipa a mano con la que hacerme la Pulp Fiction de vez en cuando.
No creo ser demasiado agresiva, siendo pragmática sé que las cosas siempre se solucionan más rápido y mejor por las buenas; pero cuando veo algo que tiene que ver con los niños o los animales me sale una vena psycho a la que me aferro como si en algunas circunstancias actuar radicalmente tuviera un sentido trascendental, un nivel superior que abarcara mucho más allá de lo que lo racional es capaz de deducir y conseguir. Es posible que todos llevemos un peligroso dictador dentro, y que haya que educarlo (manipularlo) para que curre a favor de un bien establecido, pero en el fondo todo ser que esté realmente vivo tiene su propia idea del Bien. Por eso, si pudiera, si estuviera a cargo de una dictadura, os obligaría a todos a que tratarais a los animales como seres sagrados, tanto en el plato como fuera de él. Como no puedo obligaros os intentaré convencer "por las buenas" de por qué es una buena idea adoptar un perro/gato o recogerlo de la calle siempre y cuando él quiera irse contigo:

- Porque eres alguien responsable.
- Porque aunque intentarás educarlo de la mejor manera, quieres tenerlo para cuidarlo y mimarlo, independientemente de si aprende a traerte las zapatillas o hacer el pinopuente.
- Porque tu casa cuenta con un jardín, patio o cualquier zona con espacio.
- Porque no puedes evitar fijarte en los animales con los que te cruzas, sin importarte tamaño, color y raza.
- Porque tienes amigos a los que también les gusta muchos los animales y en caso de que necesitaras ausentarte estaría atendido.
- Porque te gusta pasear a diario y el perro también pasearía cada día.
- Porque no soportas ver animales abandonados con signos de haber sido maltratados.
- Porque te gusta estar en contacto con la naturaleza.
- Porque la gente a la que no le gusta el trato con los animales siempre te ha dado mal rollo.
- Porque tú lo vales, y sabes que lo que vales no es un perfilador resistente 280 horas o una mascarilla con un efecto tensor ultra-tumba. Sino que eres merecedor del regalazo que supone cuidar de seres que por su sencilla naturaleza, están muy por encima de la nuestra.
- Y, por último, porque lo digo yo y mis animales me dan la razón.

Raquel Bermúdez González

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