Criaturas salvajes con maquinaria como decorado

Una empresa de Castellón ha desarrollado un denominado "árbol artificial" que permite día y noche eliminar el dióxido de carbono en la atmósfera, principal responsable del cambio climático.

El propietario de la empresa e investigador recordó que "hasta ahora, todas las recomendaciones sugeridas para reducir las emisiones de C02 son poco operativas. La única solución posible, para detener el impacto del cambio climático sobre el planeta, sólo podría realizarse mediante un giro en las políticas energéticas de los gobiernos en favor del ahorro energético o la creación de energías alternativas y renovables con el objetivo de permitir un desarrollo sostenible en el mundo."
No sé qué pensar de este artificial sustitutivo, no me voy a mojar en algo que aún no sabemos de qué va completamente. Pero si fuera yo quien desarrollara y patentara este invento (si quieres comprar cada "arbolito" cuesta más de 100.000 euros) puede que tuviera un pensamiento claro y definitivo, cargarse árboles puede que no me pareciera tan grave.
De momento me opongo nada más a que lo llamen árbol, porque no lo es, un árbol no puede ser artificial. Todos tenemos plásticos o telas en forma de planta, sin más importancia que dar el pego como adorno, pero "árboles" artificiales con función incorporada... Por lo pronto cambiar el nombre y la forma es una buena manera de evitar que en algún momento podamos llegar a verlos como lo que no son, árboles. Hasta donde sé tienen raíces, se alimentan de la misma tierra que nosotros, viven, crecen y palman. Que los hagan con forma de farola futurista, de palo de la luz o de napia con diseño exclusivo, pero que no nos líen fácilmente.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha dado un mensaje sobre la gravedad del cambio climático. Ha sido en Valencia, en la cumbre internacional sobre Cambio Climático. Ban en las últimas semanas ha visitado la Amazonia, la Antártida y Chile, donde comprobó el deshielo y la deforestación. Las escenas que allí vio, "son tan aterradoras como las de una película de ciencia ficción. Y lo son aún más porque son reales".
No sé de quién es la culpa, hablo desde la intuición, sin estudiados informes, asomándome a la ventana. Deduciendo que somos todos bastante salvajes, cada uno a su grado, pero todos dispuestos a admitir los fracasos personales por una cuestión egocéntrica y a cerrar los ojos a lo más importante y universal. Unos descerebraos que en lugar de proteger a toda costa los recursos naturales que aún quedan ponen la esperanza en otros artificiales. La imagen futurista de unos salvajes capullos rodeados de elaborados arboloides artificiales es una imagen tan contradictoria y absurda que tal vez sería más digno quedarse sin oxígeno.

Aunque, claro, no sé si estaría en las mismas de haber desarrollado yo la makinita.

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