Desnúdate.
He vuelto.
No creo que muy cambiada aunque el mar haga milagros conmigo.
Vuelvo como siempre, con muchas ganas, con mucha curiosidad, con muchas dudas, y con esa gran seguridad de saber lo inseguro e inestable que es todo.
Lo poco que importa, lo supuestamente importante cuando estás día tras día siendo acariciada por cualquier playa (siempre y cuando no sea una de esas playas orgullosas y solicitadas, para las que tienes que levantarte a las 7 de la mañana para pillar cacho, claro).
Al volver a la ciudad me he sentido muy vulnerable. Esperaba algo de más alegría en algunos recipientes que me he encontrado totalmente vacíos. Los primeros días los llené con algunas lágrimas, pero mi orgullo y tal vez algo de sentido común me recuerdan que cualquier situación es aprovechable para crecer.
Vacié los recipientes en el váter, a tomar por culo, nunca mejor dicho.
Y entonces vi que de recipientes nada, que eran sólo unos cacharros de plástico que yo meta_licé en cualquier momento, se me olvidó que debía hacerlo sólo como entretenimiento y experimento y devolverlo luego a su estado natural.
Cómo hacer entender que pocas veces me intereso por personas en concreto y a la vez busco la lealtad en cada una de ellas, cómo hacer entender que cuando pregunto y cuestiono no lo hago como ataque, que intento trascender lo poco que se pueda, llegar a lo que podemos compartir, y con lo que podamos sorprendernos y morirnos un poco menos. Pero mi manera de desnudarme, incluso aun con lo temerosa que soy y la prudencia que llevo para elegir la forma de hacerlo, aun así, siempre lleva a la confusión, y a hacer que el otro se sienta atacado o tan orgullosamente halagado como para pasar de mi-face.
La mayoría de hombres son terroríficamente simples, y cuando muestras tus miedos, tus necesidades, cuando te desnudas, sólo ven blanco o sólo negro: o huyen acojonados o sólo piensan en cazarte. (Y peor aún es cuando lo alternan).
Foto de mi amigo Nacho Ruíz.
Tiene un ego tan grande como el mío,
pero en lugar de añadirle más máscaras,
prefiere dejarlo en pelotas.
Gracias.
Rakela, bienvenida de vuelta. Un beso guapa.
ResponderEliminarNo habras vuelto en plan lesbi verdad? se te van a pirar tus fans masculinos
ResponderEliminarCada noche antes de acostarme le doy a un mantra q dice algo así como "mañana cuando me despierte seré lesbi hallando así la paz, mañana seré lesbi, y al otro, y al otro..., forever lesbi, forever lesbi."
ResponderEliminarHay q repetirlo unas cien veces, a diario, pero nada, no rula.
Qué se le va hacer, me gustan los-titis, menos mal que me gustan sólo de uvas a peras.
Besos.
No te preocupes que esto es solo una mala racha... Ya vendrán otras!
ResponderEliminar"Al volver a la ciudad me he sentido muy vulnerable...". Es una frase realmente hermosa, una imagen terrible por recurrente en su eclosión casi diaria. ¿No te pasa que te paras de pronto miras a los lados y no encuentras ninguna pista que te ayude entender por qué estás ahí? Escribes muy bien, Rakela. Un verdadero placer haberte descubierto. Un beso.
ResponderEliminarHe visto por primera vez este comentario casi 20 años después 🥲 pero vino bien igualmente 🤗
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