Sexo en Nueva York y el bello lujo de la amistad.

Comíamos el pasado miércoles reclutas en las Taskas cuando la trascendencia se apoderó de la carne.
Hablábamos de cine, de los canales de la era digital, nos entreteníamos mientras que nuestro jamón y nuestras cervezas eran mucho más protagonistas que los actores mal pronunciados precisamente por tal binomio. En esa levedad tan interesante y necesaria estábamos cuando tuve el atrevimiento de decir que me gustaba el canal Cosmopolitan porque en él podía ver SeX & City.

KiZzzZZzkiZZzzZZzzz........ La chica que nos acompaña hace un extraño gesto con la boca al otro chico, resulta un gesto ridículamente sentencioso entre las cañas, el humo y Las Jarras, pero ella está segura de que ha sabido transmitir un portentoso bufffff, conmigo no te confundas, cielo, que yo no soy tan superficial...

Me da por reírme. Y eso le marea un poco, como se cree no sólo inteligente sino también intuitiva se apresura en un veredicto, le viene la típica interpretación de la coraza, supone que río porque no tengo otra salida. Apenas me conocen, no pueden ni imaginar que suelo reírme por casi todo, también con los ridículos cambios de tercio, con lo bien que estábamos haciendo el tonto abiertamente en esta pequeña aceitera con forma de bar.
Intentan algún tipo de argumento en contra de la serie, pero yo estoy mucho más interesada en atender a mi montadito de lomo y a que no se me escapen las últimas olivas. Lo único que escupo mientras devoro el bocata es que admiro a las mujeres independientes económicamente, solteras pero con una sexualidad activa. Lo hago muy aposta, sé que ahora The-man pasará de su misticismo e irá girando su gepeto gradualmente hacia mi posición mientras sus ojos derrochan una saturada simpatía.
Me vuelvo a reír cuando veo el silencioso y "profundísimo" cambio de posición.
Me parece increíble lo mucho que me puedo divertir sólo observando, lo suyo es hacerlo acompañada, pero yo no tengo la culpa de tener implantados bajo las uñas más terrestres un imán-de-petardas.

El asunto no llegó a nada digno de mención, bueno sí, sepan todos ustedes que en las Taskas se puede cenar muy bien y muy barato, aunque esta vez yo no pagara. Muchas Gracias, The-man, que no te lo agradecí el miércoles porque consideré que te lo pasaste demasiado bien como para encima darte las gracias. Y a ti, nena, sólo decirte que no, yo nunca me gastaría miles de dolares en unos Manolos como las chicas protagonistas..., yo no soy así!! no! no! ---.... no!!! yo no soy así sencillamente porque...
porque nunca llevo tacones.

De haberme sentido motivada por la discusión hubiera defendido mi serie, pero cuando estoy de juerga necesito una motivación demasiado fuerte como para que un corte de rollo astral me resulte más tentador que seguir con un probable concurso de eructos. Uno sale a divertirse!! Ya tengo mi casa para comerme la olla! ¿O es que la mayor parte del tiempo no tenéis actividad cerebral y cuando os da el aire aprovecháis para demostrar que se os ha oxigenado el cogote?

De haber seguido con el tema tal vez hubiera dicho lo que pienso. A la mayoría de mujeres nos gusta la serie, seguramente, porque no es sólo una chica la que protagoniza todas esas atractivas aventuras (como mínimo la fotografía de estas mujeres en acción es llamativa), sino que son nada más ni nada menos que cuatro féminas. Lo que implica, y no puede caber duda, que si cuatro mujeres atractivas, inteligentes e independientes, cuatro bombas, pueden soportarse entre sí, quiere decir ni más ni menos que.. SON AMIGAS: se entretienen con todo tipo de lujos, pero tienen el más importante, el más bello, el más poderoso: se tienen.
Para tener muchas amigas una mujer debe ser o demasiado buena, o demasiado fea o demasiado estúpida. Si no cuadras en alguna categoría la mujer no es más que una piraña para otra mujer. La esencia de la historia es ésa, lo mucho que pueda dar de sí cuando verdaderamente se da la amistad de cuatro mujeres; y puestos a elegir, ¿por qué elegir un decorado cutre si puede ser fantástico? Convirtiendo en realidad lo que ha sido imposible durante toda la historia de la mujer, se elige uno que hace justicia a cómo son ellas, un entorno estupendo para chicas estupendas. ¿O acaso la mujer está condenada a demostrar su valía sólo a través del feminismo, el sacrificio y la lucha sin descanso? Hay tantas formas como gustos y colores.

Quien al despreciar la serie se queda sólo con el despilfarro, el taconazo y el cunnilinguis de strass, mejor dejarle en sus trece, que bastante tiene con padecer superficialidad aguda y ni enterarse. Porque como en todo, lo profundo o lo banal depende mucho más del ojo que observa que de lo observado. Y si no me creen, la próxima vez que tengan un bajón cómprense unos bonitos zapatos. Y lo más importante, úsenlos, úsenlos todo lo que puedan.

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