Der letzte Zug


Imágenes decididas a colarse en las entrañas. Cuesta acabar de verla, pero al final puede más la necesidad de convencerse de que "aquello" realmente sucedió, eso que nunca sé cómo nombrar, porque cualquier denominación me parece ofensiva.


Nunca se harán suficientes películas, nunca habrá suficientes imágenes para evitar el olvido de lo más innombrable. Cuando hace años vi "Los juicios de Nuremberg" me dije que ya no más, me resulta insoportable; saber de ello es un corte tan perfecto, limpio y profundo, que esperar la ida y venida de cicatrices y parches resulta absurdo.

La película ha recibido tanto premios como mediocres críticas. La crítica más sonada alude a la falta de originalidad, a que no aporte nada nuevo respecto a otros ¿guiones? Pedir originalidad e innovación a cualquier película que es capaz de reflejar fielmente el dolor extremo es de una ignorancia de lo más cultivada. Otros consideran que hay demasiada insistencia en los aspectos más dramáticos, y que la explotación de ciertas imágenes puede llevar a la insensibilización. Muy mala tendría que ser una película para que algo de tal importancia quede tan explotado y deteriorado como para quedarse en segundo plano. Ni qué decir tiene que llegado el caso, si cualquiera, al ver, intuir e imaginar lo que entonces ocurrió, no siente cómo se queda sin respiración y sin fe en la humanidad aun sea por unos segundos, debería considerar la posibilidad de haber estado respirando sin espíritu desde hace ya mucho tiempo.

Dios sabe cuánto. O ni eso.




El último tren a Auschwitz


DIRECTOR
Joseph Vilsmaier, Dana Vávrová
GUIÓN
Stephan Glantz
MÚSICA
Chris Heyne
FOTOGRAFÍA
Joseph Vilsmaier
REPARTO
Gedeon Burkhard, Lale Yavas, Lena Beyerling, Juraj Kukura, Sibel Kekilli, Roman Roth, Brigitte Grothum, Hans Jürgen Silbermann, Ludwig Blochberger

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