CABO DE PALOS te llama
SANDRINA EN CABO DE PALOS Y LA MANGA, PROGRAMA ESPECIAL de RTVE.
Cuando escribo o hablo sobre Cabo De Palos me es imposible hacerlo desde una perspectiva que no sea un propio sentimiento hacia el lugar que mis antepasados me regalaron hace décadas: ellos están entre los primeros pobladores, nosotros sólo entre los últimos bañistas.
El dolor más aleccionador y el placer más refrescante siempre son iluminados por un faro con el que de vuelta a Murcia y, llegado el invierno, sueño.
Aquí me he dejado.
Nací un mes de mayo en Sevilla y en unos pocos días ya estaba paseando mi primer verano en el Cabo.
Pero los primeros recuerdos son de bastante después: mi idolatrado King (un perro amarillo vividor de mi primo Antonio Ramón), mis primos y tíos trabajando en su supermercado El Coque, la tía Mimí alimentándonos y cuidándonos a diario, las decenas de gatos de Leonor rondando el solar trasero, la preciosa casa de Caruchi y de mi amiga de entonces Bárbara, el Mandinga y el Boom Jack (Sala Recreativos), ver con alucinados ojitos lanzar gente al puerto como despedida de verano, quedar de noche nuestra interminable pandilla para ser testigos niñatos de cómo la movida madrileña veraneaba aquí gracias a locales como El Chinchorro, El Capitán, Micky, CB, El palmero, La Balsa con Tere!, Trips, Charlie Brown...; y, por supuesto, las esperadísimas fiestas de agosto donde todo era un gran espectáculo pueblerino.
No me es posible describir tanta luz, habrá que desfogar momentos de... música en directo, bailar hasta la madrugada, concursos de disfraces, la cucaña, chocolatadas, la procesión de la Virgen donde ni un año falta Caty y otras instituciones acompañando a los legendarios Pescadores, probar en la tómbola, ligar en los coches de choque al son de Modern Talking, Madonna, Michael Jackson, C.C.Catch... , decir NO a las nubes de algodón porque crees que ese verano, con once años, toca pasarse al puesto de palomitas donde además venden Fortuna; la elección de la reina, con sus lloros, pataletas y polémicas del tongo 🤣🤣🤣
En definitiva, la convicción infantil pero pura de que si la felicidad puede permitirse un solo referente ése es “Fiestas de pueblo veraniego“.
La felicidad de una mayoría derivó en enriquecimiento para una minoría. Para otros no fue enriquecimiento, sino que les permitió nada más y nada menos que comer y sobrevivir al duro invierno. La paradoja ahora es sonora. Algunos personajes, los empresarios que más beneficiados han salido de que Cabo de Palos se popularice, se proponen acabar con unas fiestas que cada vez van a menos sin importarle el beneficio económico que éstas dan a muchas familias del pueblo. La razón? las personas que llegan esos días no dejan espacio y aparcamiento para su clientela fija. TODO PARA ELLOS. No creo que sea necesario hacer más análisis. Este post no es para perder tiempo en evidencias, sino para hacer un llamamiento a todas esas personas que quieran impedir que Cabo de Palos se convierta en un pequeño imperio dominado por la ambición de los que se creen dueños cortijeros.
Únete a la asociación de vecinos y muestra tu apoyo. Eres imprescindible, incluso aunque los tiempos recordados no regresen jamás.
Raquel Bermúdez González 2010
LaRakeLa.
Para unirte y expresar tu disconformidad:
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