DIABULUS IN MUSICA
"La vida se trunca fácilmente.Aunque sorprenda, ocurre todos los días. Un padre muere, una madre enferma, un loco aguarda en el ascensor para manosearte las piernas, una hermana acaba bajo un camión. El médico en quien confías se droga antes de la operación, el mecánico no revisó bien los frenos, una secta sin nada que ... perder te confunde con tu prima.
Junto a esto, mi pérdida fue pequeña, y no otorgaba excusas para lamentarme. La desgracia había rozado mi espalda sin mirarme, sin hincar sus huesudas manos para marcar su trazo. Se esperaba tanto de mí y me dieron tan poco a cambio...
(...)
Inventé a Balder: imaginé, con el placer extraño de crear un nuevo ser, un frankenstein hermoso compuesto de retales, a quien debía ser mi compañero, mi igual.
(...)
No formé nunca parte del ejército de mujeres vestidas y maquilladas, expertas en el arte de insinuar, de enviar mensajes invisibles desde el otro extremo del bar hasta que el hombre, hipnotizado, viniera a por ellas. No he sabido aguardar. No había nada peor que la espera, nada más humillante que saberse perpetuamente elegida, perpetuamente rechazada. No aprendí lo que es la tibieza. No conocía término medio entre la indiferencia y la obsesión, entre el mareo terrible del deseo y la conciencia no menos clara de que no quedaba nada por lo que aguardar."
DIABULUS IN MUSICA, de Espido Freire.