El infierno en su belleza.
Millones de personas con sus necesidades más que cubiertas no encuentran esos 15 o 20 euros mensuales para poner su granito, su gotita de agua, refrescante de esos infiernos que nada tienen que ver con nuestro mundo, inundado de objetos que no necesiitamos pero a los que acudimos sin pensarlo cada vez que ellos nos necesitan. Apadrinar no nos convierte en ángeles, ni siquiera en mejores personas, simplemente nos ayuda, a nosotros mismos, a hacer lo mínimo que hay que hacer por los demás.
INFANCIA SIN FRONTERAS Y SU TRABAJo CON LOS REFUGIADOS SAHARAUIS.http://www.infanciasinfronteras.org/colabora/colabora.html