Circo, esa gran familia dispuesta a todo.
El maldito circo gritando por Murcia city esa oportunidad única para ver animales haciendo posturas absurdas tras años de horripilante aprendizaje. Una diaria megafonía que no se limita a contaminar acústicamente.
No todo el que va al circo sabe que los elefantitos, con menos de tres meses, son separados de sus madres, los atan de cuello y patas para alejarlos de ellas, los mantienen durante 23 horas seguidas encadenados en galerones de cemento para literalmente "quebrar su espíritu" y después los "educan" con toques eléctricos, palos y ganchos que perforan su piel, cuerdas y golpes.
Cuando un circo hace acto de presencia, gatos y perros callejeros son comidos vivos, ya encuentran dónde alojarse, en el estómago de estas pobres marionetas seudosalvajes.
No todo el que va al circo sabe que los elefantitos, con menos de tres meses, son separados de sus madres, los atan de cuello y patas para alejarlos de ellas, los mantienen durante 23 horas seguidas encadenados en galerones de cemento para literalmente "quebrar su espíritu" y después los "educan" con toques eléctricos, palos y ganchos que perforan su piel, cuerdas y golpes.
Cuando un circo hace acto de presencia, gatos y perros callejeros son comidos vivos, ya encuentran dónde alojarse, en el estómago de estas pobres marionetas seudosalvajes.
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