Maniaca
Cosas poco mejores que pasar 50 años entre amigos. Presumiendo de esta suerte se presentaba anoche la carroza de ESTRELLA DE LEVANTE en el Entierro de la Sardina.
En ella unos elementos alborotados (tal vez Varry Brava pero no puedo asegurarlo porque cada año observo más subjetivamente, o eran ellos o alguien les copió la fluorescencia del flequillo), nos introducía en la inesquivable fiesta a todo trapo y rueda.
Hubiera ido de achonera a los pies del carro y aplastada por todos los que quisieran acabarme por cuatro pelotas de plástico con tal de saber cómo continuaba la sesión. Vi el desfile al principio de Gran Vía donde me entusiasmé al escuchar del tirón "She´s a maniac", "Never gonna give you up" y "Embrujada". Que una cosa es nombrar tres referencias sin más matiz que el nostálgico y otra cosa presenciar auditivamente cómo temazos de culto ochentero gritaban para hacer mover la cabeza y el piececico a miles de personas en pleno centro.
Sonó alto, limpio e imponente cuando el Puente de los Peligros les brindó la oportunidad de encontrarse, previo permiso de la preciosa Glorieta, con la multitud de una Gran Vía en estado maniaco.