MORRISSEY 2015 SOS: THE SHOW IS MINE.
El concierto que nos regal贸 el 1 de mayo en el SOS murciano fue maravilloso de principio a fin, sin matices. Pero la estupidez es mucho m谩s egoc茅ntrica que el propio Morrissey, y la estupidez de muchos cr铆ticos no ha dormido tranquila hasta humillar el compromiso de concienciaci贸n que el m煤sico ha contra铆do con los animales no humanos.
De todo hemos le铆do, desde el simpl贸n chascarrillo de "casquer铆a" hasta forzados t茅rminos hiperjuradores de que el show dio el baj贸n al llegar a "The Bullfighter Dies" y "Meat is murder". Tambi茅n es verdad que he le铆do a alg煤n cr铆tico no explotar esa vertiente y ha respetado el derecho a transgredir el sistema sin necesidad de posicionarse.
Pero la mayor铆a canta un explic贸n. Me pregunto yo c贸mo de narcisista y egoc茅ntrico ha de ser quien se proyecta convencido del propio derecho y talento para enjuiciar y sentenciar por escrito todo un universo de expresiones y sensaciones que a lo largo de muchos a帽os ha alimentado una leyenda viva en dones art铆sticos, y compromiso. Menospreciar a cualquier triunfador proteccionista es ideal para pasar de profesional con sentido cr铆tico a ser un pobre "criticoti".
Muy egoplasta tienes que ser para no ver tu ridiculez intentando con soplidos apagar la llama de la genialidad. Soplidos porque nada grave puede decirse de quien s贸lo puede ser acusado de afectiva tozudez. La acusaci贸n de egoc茅ntrico, cada vez m谩s vac铆a en estos tiempos donde todos nos empe帽amos en asomar la patita y selfiearla con cien filtros diferentes. Llegados en esta electro-era a la conclusi贸n de que todos podemos hacer gala de un ego estratosf茅rico, ¿no deber铆amos ya llegar a la conclusi贸n de que los pocos egos que consiguen beneficiosos cambios deber铆an ser deseables en un mundo inundado de narcisismo gris谩ceo y mediocre?
Acusaci贸n de JUGAR A SER DIOS por impedirte comer carne mientras 茅l da el concierto:
Hola, soy Morrissey, no me basta con cantar como dios, ser la polla en el escenario y clavarte la voz en el alma. Adem谩s quiero transgredir en un mundo donde se asesinan millones de animales por segundo, me sale de los mism铆simos protegerlos, qu茅 cosas tengo, ¿verdad? Y como tengo cierto poder he decidido usarlo como mejor me haga sentir en mi pellejo, evitando que despellejen a otros. Pongo mis condiciones cuando doy un show. Porque no s茅 si te das cuenta pero THE SHOW IS MINE, si no te gustan mis condiciones vete a zamparte un culo de vaca mientras maldices a los asi谩ticos que comen perros.
Si no lo has entendido me queda ofrecerte mis favoritos del set list: Suedehead, Kiss me a lot, World Peace is none..., Istanbul, Speedway, Scandinavia, The Bullfighter Dies, Meat is murder...
Acusaci贸n de JUGAR A SER DIOS por impedirte comer carne mientras 茅l da el concierto:
Hola, soy Morrissey, no me basta con cantar como dios, ser la polla en el escenario y clavarte la voz en el alma. Adem谩s quiero transgredir en un mundo donde se asesinan millones de animales por segundo, me sale de los mism铆simos protegerlos, qu茅 cosas tengo, ¿verdad? Y como tengo cierto poder he decidido usarlo como mejor me haga sentir en mi pellejo, evitando que despellejen a otros. Pongo mis condiciones cuando doy un show. Porque no s茅 si te das cuenta pero THE SHOW IS MINE, si no te gustan mis condiciones vete a zamparte un culo de vaca mientras maldices a los asi谩ticos que comen perros.
Si no lo has entendido me queda ofrecerte mis favoritos del set list: Suedehead, Kiss me a lot, World Peace is none..., Istanbul, Speedway, Scandinavia, The Bullfighter Dies, Meat is murder...
No se ech贸 de menos nada, aunque a solas me emocion茅 con la ausente "Neal Cassady Drops Dead". Temas como "Istanbul" fueron suficiente para no cuestionar el repertorio. Una sola canci贸n de Morrissey en escena se come terabytes de playlists.
Doy gracias por las infames im谩genes que fueron proyectadas y que grab茅 pegada al pantall贸n de nuestra izquierda. No me doli贸 excesivamente esta vez verlas, te puede la satisfacci贸n de ser testigo de algo grande, un espect谩culo de un artista que ser谩 recordado como un 谩ngel disfrazado de demonio mientras que los que realmente juegan a ser dios asesinan el planeta.
Ya pas茅 por ese primer trance hace cinco a帽os cuando vi por primera vez una realidad manipulada por los mejores publicistas del mundo al servicio de las potent铆simas industrias. Podemos observar c贸mo en los 煤ltimos a帽os las campa帽as de productos c谩rnicos y l谩cteos son m谩s curradas que nunca, con una fotograf铆a, audio y efectos especialmente tiernos, mientras que hasta hace nada ve铆amos poco m谩s que sangre y un par de hachazos.
No s贸lo en anuncios, ahora, de repente, todos los "doctores de la tele y revistejas" se han obsesionado con sus falsificados beneficios intentando desenfocar toda la informaci贸n de p谩ginas especializadas en la red, informaci贸n con detallados datos que vinculan la carne roja y algunos productos l谩cteos a enfermedades cr贸nicas.
No s贸lo vi esa realidad a trav茅s de documentales, sino a trav茅s de los activistas que muestran su d铆a a d铆a en la red, que crean santuarios para proteger a los animales que desechan los due帽os del mundo, por no ser los suficientemente productivos.
Tambi茅n he sido testigo no s贸lo en pantalla, sino oli茅ndolo con mi propia experiencia. Pegada a la protectora en la que colaboro hay una granja en la que se puede ver la miserable vida de las vacas y sus terneros, encerrados en cub铆culos para que no anden ni desarrollen sus m煤sculos y su carne sea tierna, y eso que era una peque帽a granja, a nivel industrial el sufrimiento es inimaginable.
Hace cinco a帽os decid铆 que en lugar de derrumbarme por ver esa realidad no publicitada me esforzar铆a por dejar de comer carne, luego descubr铆 que no decid铆 nada; a base de documentales las im谩genes decid铆an por m铆; pas茅 de ser devoradora diaria de embutido y filetazo a provocarme un inmenso rechazo, a descubrir sencillos placeres culinarios que me llenaron de energ铆a y perplejidad por haber vivido tantos a帽os enga帽ada en la capitalista sumisi贸n de la sangre como necesidad b谩sica.
No cuestiono con radicalidad a ning煤n comedor de cad谩veres que respete sinceramente mi elecci贸n, no juzgo lo que hasta hace poco yo hac铆a con sumo placer. Pero puedo pasar de un extremo a otro si me vienes con teor铆as prehist贸ricas, con las hormigas que pisamos y una recien-nacida empat铆a por el sufrimiento de las plantas. Entonces puedo comerte vivo. Cada don nadie como yo tiene su propia estrategia de concienciaci贸n que puede variar entre la tibia tolerancia y la claridad m谩s directa, los don nadie no sentimos una inmensa responsabilidad a explotar.
Doy gracias por las infames im谩genes que fueron proyectadas y que grab茅 pegada al pantall贸n de nuestra izquierda. No me doli贸 excesivamente esta vez verlas, te puede la satisfacci贸n de ser testigo de algo grande, un espect谩culo de un artista que ser谩 recordado como un 谩ngel disfrazado de demonio mientras que los que realmente juegan a ser dios asesinan el planeta.
Ya pas茅 por ese primer trance hace cinco a帽os cuando vi por primera vez una realidad manipulada por los mejores publicistas del mundo al servicio de las potent铆simas industrias. Podemos observar c贸mo en los 煤ltimos a帽os las campa帽as de productos c谩rnicos y l谩cteos son m谩s curradas que nunca, con una fotograf铆a, audio y efectos especialmente tiernos, mientras que hasta hace nada ve铆amos poco m谩s que sangre y un par de hachazos.
No s贸lo en anuncios, ahora, de repente, todos los "doctores de la tele y revistejas" se han obsesionado con sus falsificados beneficios intentando desenfocar toda la informaci贸n de p谩ginas especializadas en la red, informaci贸n con detallados datos que vinculan la carne roja y algunos productos l谩cteos a enfermedades cr贸nicas.
No s贸lo vi esa realidad a trav茅s de documentales, sino a trav茅s de los activistas que muestran su d铆a a d铆a en la red, que crean santuarios para proteger a los animales que desechan los due帽os del mundo, por no ser los suficientemente productivos.
Tambi茅n he sido testigo no s贸lo en pantalla, sino oli茅ndolo con mi propia experiencia. Pegada a la protectora en la que colaboro hay una granja en la que se puede ver la miserable vida de las vacas y sus terneros, encerrados en cub铆culos para que no anden ni desarrollen sus m煤sculos y su carne sea tierna, y eso que era una peque帽a granja, a nivel industrial el sufrimiento es inimaginable.
Hace cinco a帽os decid铆 que en lugar de derrumbarme por ver esa realidad no publicitada me esforzar铆a por dejar de comer carne, luego descubr铆 que no decid铆 nada; a base de documentales las im谩genes decid铆an por m铆; pas茅 de ser devoradora diaria de embutido y filetazo a provocarme un inmenso rechazo, a descubrir sencillos placeres culinarios que me llenaron de energ铆a y perplejidad por haber vivido tantos a帽os enga帽ada en la capitalista sumisi贸n de la sangre como necesidad b谩sica.
No cuestiono con radicalidad a ning煤n comedor de cad谩veres que respete sinceramente mi elecci贸n, no juzgo lo que hasta hace poco yo hac铆a con sumo placer. Pero puedo pasar de un extremo a otro si me vienes con teor铆as prehist贸ricas, con las hormigas que pisamos y una recien-nacida empat铆a por el sufrimiento de las plantas. Entonces puedo comerte vivo. Cada don nadie como yo tiene su propia estrategia de concienciaci贸n que puede variar entre la tibia tolerancia y la claridad m谩s directa, los don nadie no sentimos una inmensa responsabilidad a explotar.
El mundo est谩 lleno de exitosos personajes de influyentes brazos cruzados, capaces de cambiar el mundo en cualquier 谩rea, no lo hacen convencidos de que el mundo les pertenece sobre todo a ellos, y a ellos les va bien.
Ver a Morrissey como uno de esos pocos que decide apostarlo todo por un n煤mero, el n煤mero m谩s ninguneado hasta el infinito, el n煤mero incalculable de v铆ctimas pasadas y futuras. Un n煤mero que grita que el mundo no es nuestro, que nosotros somos del mundo o de lo que queda de 茅l, una especie m谩s entre tant铆simas otras que hacemos desapararecer.
Puedes buscar todas las excusas que quieras y nombrarme los insectos, bichazos y par谩sitos que los proteccionistas no dejan vivir. S贸lo cuando sientas real compasi贸n por los animales que gritan desde el matadero tu c铆nico discurso sobre el derecho a la vida de las plagas tendr谩 dignidad y autenticidad.
Mientras tanto, la mayor plaga seguimos siendo nosotros.
Ver a Morrissey como uno de esos pocos que decide apostarlo todo por un n煤mero, el n煤mero m谩s ninguneado hasta el infinito, el n煤mero incalculable de v铆ctimas pasadas y futuras. Un n煤mero que grita que el mundo no es nuestro, que nosotros somos del mundo o de lo que queda de 茅l, una especie m谩s entre tant铆simas otras que hacemos desapararecer.
Puedes buscar todas las excusas que quieras y nombrarme los insectos, bichazos y par谩sitos que los proteccionistas no dejan vivir. S贸lo cuando sientas real compasi贸n por los animales que gritan desde el matadero tu c铆nico discurso sobre el derecho a la vida de las plagas tendr谩 dignidad y autenticidad.
Mientras tanto, la mayor plaga seguimos siendo nosotros.
Raquel Berm煤dez Gonz谩lez 2015
LaRakeLa.com
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