Lemmy D.E.P - Motorhead -
Cabe preguntarse, sin ninguna perezosa intención, si morir con una gran colección de botas puestas pudiera ser de las mayores cosas a las que se puede aspirar.
Tenemos responsabilidades que atender, trabajo, hijos o padres que cuidar y una propia vida que mimar, una salud que valorar por encima de todo.
Tenemos responsabilidades que atender, trabajo, hijos o padres que cuidar y una propia vida que mimar, una salud que valorar por encima de todo.
Pero cabe preguntarse, sin ninguna intención de imitación, si morir de forma rápida o relativamente rápida tras 70 años dándote la fiesta_padre hasta para ganarte la vida, no es uno de los mayores lujos menos reconocidos abiertamente.
Ha muerto un acelerado exprimidor que descubrió "las bondades" de mezclar speed y alcohol y no las abandonó por nada que acabara tarde o temprano ofreciendo menos. Un descerebrado, quién sabe, un ejemplo a no imitar, puede; pero un auténtico creador de su propia elección de vida comprometida al “sexo, drogas y rock and roll” no de cualquier forma, con un sonido tan auténtico que ya nadie podrá reinventar sin resucitarlo antes y orarle permiso.
Un lunes lluvioso del 2003, en una pequeña sala de Murcia llamada Gamma, disfruté con mi hermano de uno de esos momentos que cuesta describir, porque algunas sensaciones tienen tanta fuerza que empujarlas hacia fuera es dejar de abrigar algo para compartirlo a la intemperie donde no hay a veces forma de expresión.
Podíamos ver de bien cerca sus botas, y cómo su amo llenaba ese espacio con esa clase de presencias que ignoran todo lo que llenan.
Gracias por venir aquella noche,
gracias por irte hasta arriba de rock y dejar el drama para los que nos quedamos abajo.
LaRakeLa.com
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