SACERDOTES Y POLITICOS: LA MAFIA DEL ALMA - Osho

TEXTO DE OSHO "La religión es la más alta aspiración de la consciencia humana: es la búsqueda individual de la verdad. 
La verdad interna no puede ser un objetivo del conocimiento común. Cada uno ha de entrar en sí mismo; cada vez es un nuevo descubrimiento. No importa cuánta gente alcance su realización, su despertamiento, en cuanto se alcanza éste es absolutamente nuevo, porque no puede tomarse prestado. 
La búsqueda básicamente consiste en llegar a conocer tu interioridad. Tienes una parte externa, y ninguna parte externa existe sin una interna. La propia existencia de lo externo es prueba de la existencia del mundo interior. 

LA RELIGIÓN Es casi como el amor. No se pueden tener organizaciones de amor, para así no tener que preocuparse, la organización se encargará de todo; el sacerdote amará en tu lugar. Y eso es lo que le ha sucedido a la religión. Cada vez que un hombre descubre la verdad, inmediatamente una parte de la Humanidad—la más astuta: los sacerdotes—la rodea. Empiezan a recopilar sus palabras; empiezan a interpretarla y empiezan a proclamar que si hay gente quiere saber la verdad, tiene que ser por su conducto; ellos son los intermediarios de Dios. Pueden llamarse a sí mismos profetas; pueden llamarse mensajeros; pueden escoger cualquier nombre; pero la realidad es que se han colocado a sí mismos como agentes de Dios. No conocen a Dios, pero en nombre de Dios explotan a la Humanidad. 
La religión organizada es otra forma de la política. Así como he condenado a la política como la más baja de las actividades humanas, lo mismo hago con las religiones organizadas. Tú puedes verlo: los sacerdotes y los políticos han estado siempre en conspiración contra la Humanidad. Se han apoyado unos a los otros. Han dividido las cosas entre ellos para que lo mundano sea de los políticos—ahí gobiernan ellos—y tu vida interior pertenece al sacerdote, él es quien rige allí. 
Ellos no hacen nada, su función es engañarte, puesto que tú no conoces el lenguaje de Dios ni eres tan evolucionado, por sólo una donación a su iglesia o templo, ellos hacen el trabajo por ti. 
Todas esas donaciones van a la bolsa de los sacerdotes. No saben nada de Dios, pero son muy conocedores, pueden repetir las escrituras como loros. Pero su íntimo deseo no es de Dios ni de la verdad. No son buscadores, son explotadores. 

Tus sacerdotes no son más que loros y sus plegarias son para tener poder, prestigio, dinero. Son políticos disfrazados; hacen política en el nombre de Dios, la política de los números. Hay ahora setecientos millones de católicos. Naturalmente el Papa es el hombre religioso más poderoso del mundo. 
Cada religión ha estado incrementando su población por diferentes métodos. A los mahometanos se les permite tener cuatro esposas para así producir cuatro niños al año. Han tenido buen éxito, son la segunda gran religión después del cristianismo. 
La religión organizada es sólo una palabra sin contenido, sin significado; en ella se esconde la política de los números. Y lo sabes perfectamente, cuando las elecciones se acercan, tus políticos van a ver al shankaracharya. Por cinco años nadie va a visitarlo, pero cuando las elecciones vienen, entonces el primer ministro visita al shankaracharya, va en peregrinación hacia los templos arriba y debajo de las montañas Himalayas. ¿Para qué? Repentinamente una gran devoción religiosa surge, la cual declina en cuanto las elecciones terminan. 
Esta gente necesita de los votos, tienen que mostrar respeto a los dirigentes de las religiones. Y un shankaracharya se siente halagado cuando un primer ministro le toca los pies y los hindúes, los seguidores del shankaracharya, piensan que su primer ministro es muy religioso. 

Siendo verdaderamente religioso tienes que ir más allá de tus pensamientos. Y la religión conoce un solo método —con diferentes nombres, pero un solo método, que es la observación, que es el ser un testigo. Simplemente observa tus pensamientos, sin juzgarlos, sin condenarlos, sin apreciarlos; con extremo desprendimiento. Sólo miras tus pensamientos pasando por la pantalla de tu mente. 
Y en cuanto tu testigo se fortalece, tus pensamientos disminuyen en la misma proporción. Si el observador toma el diez por ciento de tu energía, entonces el noventa por ciento se desperdicia en los pensamientos. Si tu observador se vuelve el noventa por ciento, entonces sólo el diez por ciento se invierte en pensamientos. En el momento en que tú eres cien por ciento un observador, la mente queda vacía. Todo este proceso es lo que se conoce como meditación.

 En dos mil años, ¿qué verdad ha organizado el cristianismo además de lo ya dicho por Jesús? ¿Así que cuál es la necesidad de esta organización? Esta no ha incrementado la religiosidad en el mundo, simplemente ha repetido lo que dijo Jesús, lo que está a disposición de todos en los libros. En veinticinco siglos, ¿cuántos budistas han ido en busca de la verdad o la han hallado? Son sólo una larga fila de loros repitiendo lo que Gautama Buda encontró. 
Y debes recordar que Buda no fue parte de ninguna religión organizada. Ni tampoco lo fue Mahavira, ni Jesús fue parte de ninguna religión organizada; ellos eran buscadores individuales: ése es el privilegio y la dignidad del individuo. 
Las religiones organizadas han hecho guerras, tal como los políticos lo hacen. Los nombres pueden cambiar: los políticos luchan por el socialismo, el comunismo, el fascismo, el nazismo... y las religiones organizadas han estado luchando por Dios, por el amor, por su propio concepto de lo que es la verdad. Y millones de personas se han matado en encuentros entre cristianos y mahometanos, entre cristianos y judíos, entre mahometanos e hindúes, entre hindúes y budistas. La religión no tiene nada que ver con la guerra, es la búsqueda de la paz. Pero las religiones organizadas no están interesadas en la paz, están interesadas en volverse más y más poderosas y dominantes. 
Condeno a los políticos y de la misma manera condeno a las religiones organizadas, pues éstas no son otra cosa que política. Así que cuando digo que los religiosos deben ser respetados, honrados y que los políticos deben acudir a ellos en demanda de consejo, no estaba hablando de las religiones organizadas: hablaba sólo de individuos religiosos. Y un individuo religioso no es ni hindú, ni cristiano, ni mahometano. ¿Cómo podría serlo? Dios mismo no es ni hindú ni mahometano ni cristiano y el hombre que conoce algo de lo divino se tiñe de los colores de su divinidad, se compenetra de la fragancia divina. 
En el antiguo Oriente, esta gente religiosa fue la más elevada floración, incluso reyes y emperadores acudían a ellos para postrarse a sus pies y recibir su bendición; para pedir consejo sobre los problemas difíciles de resolver. 
Si queremos que el mundo siga viviendo, tenemos que retornar a nuestros antiguos días de infancia, cuando la persona religiosa no tenía intereses privados. Por eso sus ojos estaban limpios, su corazón era puro amor, su ser era en sí una bendición. Quienquiera que llegaba a él, era sanado; sus problemas, resueltos; su visión de los viejos problemas, adquiría una nueva claridad. 
Las religiones organizadas deben desaparecer del mundo; deben dejar caer la máscara de religiosidad. Son simplemente políticos, lobos con piel de oveja; deben descubrirse en sus verdaderos colores; son políticos, no hay nada malo en ello. Siempre han sido políticos, pero han estado jugando en el nombre de la religión. 
Las religiones organizadas no tienen futuro alguno. 
Deben abandonar su disfraz y salir al frente como políticos y ser parte del mundo político, para que así nos dejen encontrar al individuo auténticamente religioso, que es muy raro de encontrar. Pero unos cuantos individuos auténticamente religiosos bastan para conducir al mundo entero hacia la luz, hacia la vida inmortal, hacia la verdad última. " OSHO



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