La cirujana Patricia Martínez Martínez y Mis recetas anticáncer - DIARIO INCIERTO parte I
No es un cliché manido y estúpido de las pelis, demasiada gente se comporta de manera extraña cuando tienes cáncer. Lo vivo a través del tumor extirpado a mi padre.
La razón es muy simple, creen que padecerlo es una circunstancia maldita y lejana, todo lo contrario a la característica principal de esta enfermedad, epidémica: 1 DE CADA 4 PERSONAS PADECERÁ ALGÚN TIPO DE CÁNCER.
Pero podemos darle la vuelta, 3 de cada 4 personas no la padecerán si creen que "todo esto" les incumbe también a ellos.
Y aun si te "toca la china", puedes tener la gran suerte que hemos tenido nosotros, arropados bajo las alas de la cirujana Patricia Martínez Matínez, necesitaría un post dedicado exclusivamente a ella para hacer justicia a tanta humanidad, dulzura, dedicación y profesionalidad. No sólo aceptó el reto de hacer una operación que otros hubieran rechazado, sino que la realizó magistralmente, con una vigilancia y dedicación posterior precisa y esmerada. Desgraciadamente no es habitual encontrar ángeles capaces de ver en el paciente mucho más que números, química, fórmulas y estadísticas.
El cáncer es una epidemia, y una guerra a la vez, una guerra que nos apunta desde innumerables posiciones, la primera posición se basa en los intensivos y extensivos intereses económicos; por lo que habría que cuestionarse si interesa su cura de forma definitiva, en lugar de un temporal descanso que te conforme para soportar su crónico proceso. Con el transcurso de los años, esta cuestión va dejando de ser algo meramente conspiranoico para convertirse en una práctica de sentido común si tenemos plena consciencia del funcionamiento sistemático del sick-world.
No esperemos que ningún médico se afane fuera de la farmacología a prevenir el cáncer o una recaída si ya lo has superado, desde luego hay excepciones con afán investigador en la propia naturaleza de nuestro cuerpo, pero los genios no suelen estar a nuestro alcance. Aunque, paradójicamente, los alimentos y las medidas que deberíamos tomar aunque sólo sea como apoyo preventivo están prácticamente al alcance de cualquiera. Por lo que todo parece señalar hacia la misma dirección: NO INTERESA.
Ejerciendo ese afán investigador estuvo la doctora Odile Fernández mientras padecía su grave cáncer de ovarios, como doble resultado, su sanación sin saltarse el programa establecido por oncología (no muy motivador, le pronosticaba un 95% de posibilidades de NO SUPERVIVENCIA), y una exitosa obra llamada "Mis recetas Anticáncer", que va por la 16 edición. Por supuesto no faltan los escépticos que la mandarían a la hoguera, y es que basta con que triunfes para convertirte en sospechoso, incluso aunque hayas sobrevivido a un infierno y estés transmitiendo tu experiencia personal junto a los conocimientos que tienes como médico, TOTAL NADA.
El libro nos habla de forma sencilla pero detallada del impacto de los alimentos en nuestro cuerpo, de su efecto inflamatorio o anti-inflamatorio, nos intenta proteger de las sustancias más venenosas para nuestras células sanas y más apetecibles para las células enfermas: HUMO DE TABACO, CARNE (especialmente roja, procesada, embutidos), LÁCTEOS, AZÚCAR, PESTICIDAS, TODA CLASE DE ALIMENTOS PROCESADOS, REFINADOS, SAL... También nos recuerda todos los tesoros sanadores de la naturaleza: Ajo, limón, quinoa, Semillas de Lino, frutos secos, Algas, Setas, Canela, Pimienta, Cúrcuma...
Da igual el bien que pretendas transmitir, hagas lo que hagas siempre habrá quien quiera acabar contigo. Pero si es que además eres tan valiente y poderosa como para llegar a millones de personas y gritarles que la industria del tabaco, industria cárnica, de lácteos e incluso la propia farmacología están detrás de multitud de casos de cáncer, harás enemigos hasta debajo de tu esmalte de uñas, con el que, por cierto, también hay que llevar cuidado :)
Cualquiera que viva de algo relacionado con alguna de estas áreas estará interesado en extender la idea de que obras como éstas son pura charlatanería. Y es que parece que se les escapa el pequeño detalle de que esta doctora ha pasado por una experiencia victoriosa frente a un cáncer de ovarios para el que los médicos le dieron sólo un 5% de posibilidades de supervivencia, que ha estudiado medicina, que ha investigado más allá de lo formalmente establecido, y que ella jamás anima a desobedecer el plan establecido por tu oncólogo. "Sólo" aporta una información tanto en alimentación como en muchos factores que nos rodean, y lo hace desde conocimientos científicos, desde su propia experiencia y creatividad esperanzadora.
En cualquier enfermedad, como todos sabemos, los factores psicológicos cumplen un papel importantísimo, aunque no fundamental, pues cada enfermedad es un mundo, y muchas personas con una energía positiva descomunal no lograron salir adelante. Y aunque la toxicidad de las emociones sea algo inseparable al cuerpo, hay que respetar profundamente la incredulidad de esos enfermos o familiares que prefieren no atender a nada que se salga de lo "oficialmente establecido", aunque haya demostraciones científicas de muchos de estos apoyos naturales. Porque el dolor y la dureza de la enfermedad te puede dejar sin energía para atender nada más que a lo que uno quiera aferrarse, con la rabia o impotencia que cada uno quiera albergar; ese dolor debe respetarse por encima de todo, uno debería sentirse libre como mínimo para elegir cómo hacer frente a esta encrucijada, ¡qué mínimo!
Enfermos o no enfermos, nadie sabe cuándo acabará esta aventura que es la vida, miramos a los enfermos no terminales de cáncer como si ellos fueran los primeros de la lista, pero cualquiera puede marchar en cualquier momento, lo importante es la calidad de esa corta o larga aventura, por lo que no nos debería faltar siendo el mejor de los alimentos, la buena energía de... LA AMISTAD.
La razón es muy simple, creen que padecerlo es una circunstancia maldita y lejana, todo lo contrario a la característica principal de esta enfermedad, epidémica: 1 DE CADA 4 PERSONAS PADECERÁ ALGÚN TIPO DE CÁNCER.
Pero podemos darle la vuelta, 3 de cada 4 personas no la padecerán si creen que "todo esto" les incumbe también a ellos.
Y aun si te "toca la china", puedes tener la gran suerte que hemos tenido nosotros, arropados bajo las alas de la cirujana Patricia Martínez Matínez, necesitaría un post dedicado exclusivamente a ella para hacer justicia a tanta humanidad, dulzura, dedicación y profesionalidad. No sólo aceptó el reto de hacer una operación que otros hubieran rechazado, sino que la realizó magistralmente, con una vigilancia y dedicación posterior precisa y esmerada. Desgraciadamente no es habitual encontrar ángeles capaces de ver en el paciente mucho más que números, química, fórmulas y estadísticas.
El cáncer es una epidemia, y una guerra a la vez, una guerra que nos apunta desde innumerables posiciones, la primera posición se basa en los intensivos y extensivos intereses económicos; por lo que habría que cuestionarse si interesa su cura de forma definitiva, en lugar de un temporal descanso que te conforme para soportar su crónico proceso. Con el transcurso de los años, esta cuestión va dejando de ser algo meramente conspiranoico para convertirse en una práctica de sentido común si tenemos plena consciencia del funcionamiento sistemático del sick-world.
No esperemos que ningún médico se afane fuera de la farmacología a prevenir el cáncer o una recaída si ya lo has superado, desde luego hay excepciones con afán investigador en la propia naturaleza de nuestro cuerpo, pero los genios no suelen estar a nuestro alcance. Aunque, paradójicamente, los alimentos y las medidas que deberíamos tomar aunque sólo sea como apoyo preventivo están prácticamente al alcance de cualquiera. Por lo que todo parece señalar hacia la misma dirección: NO INTERESA.
Ejerciendo ese afán investigador estuvo la doctora Odile Fernández mientras padecía su grave cáncer de ovarios, como doble resultado, su sanación sin saltarse el programa establecido por oncología (no muy motivador, le pronosticaba un 95% de posibilidades de NO SUPERVIVENCIA), y una exitosa obra llamada "Mis recetas Anticáncer", que va por la 16 edición. Por supuesto no faltan los escépticos que la mandarían a la hoguera, y es que basta con que triunfes para convertirte en sospechoso, incluso aunque hayas sobrevivido a un infierno y estés transmitiendo tu experiencia personal junto a los conocimientos que tienes como médico, TOTAL NADA.
El libro nos habla de forma sencilla pero detallada del impacto de los alimentos en nuestro cuerpo, de su efecto inflamatorio o anti-inflamatorio, nos intenta proteger de las sustancias más venenosas para nuestras células sanas y más apetecibles para las células enfermas: HUMO DE TABACO, CARNE (especialmente roja, procesada, embutidos), LÁCTEOS, AZÚCAR, PESTICIDAS, TODA CLASE DE ALIMENTOS PROCESADOS, REFINADOS, SAL... También nos recuerda todos los tesoros sanadores de la naturaleza: Ajo, limón, quinoa, Semillas de Lino, frutos secos, Algas, Setas, Canela, Pimienta, Cúrcuma...
Da igual el bien que pretendas transmitir, hagas lo que hagas siempre habrá quien quiera acabar contigo. Pero si es que además eres tan valiente y poderosa como para llegar a millones de personas y gritarles que la industria del tabaco, industria cárnica, de lácteos e incluso la propia farmacología están detrás de multitud de casos de cáncer, harás enemigos hasta debajo de tu esmalte de uñas, con el que, por cierto, también hay que llevar cuidado :)
Cualquiera que viva de algo relacionado con alguna de estas áreas estará interesado en extender la idea de que obras como éstas son pura charlatanería. Y es que parece que se les escapa el pequeño detalle de que esta doctora ha pasado por una experiencia victoriosa frente a un cáncer de ovarios para el que los médicos le dieron sólo un 5% de posibilidades de supervivencia, que ha estudiado medicina, que ha investigado más allá de lo formalmente establecido, y que ella jamás anima a desobedecer el plan establecido por tu oncólogo. "Sólo" aporta una información tanto en alimentación como en muchos factores que nos rodean, y lo hace desde conocimientos científicos, desde su propia experiencia y creatividad esperanzadora.
En cualquier enfermedad, como todos sabemos, los factores psicológicos cumplen un papel importantísimo, aunque no fundamental, pues cada enfermedad es un mundo, y muchas personas con una energía positiva descomunal no lograron salir adelante. Y aunque la toxicidad de las emociones sea algo inseparable al cuerpo, hay que respetar profundamente la incredulidad de esos enfermos o familiares que prefieren no atender a nada que se salga de lo "oficialmente establecido", aunque haya demostraciones científicas de muchos de estos apoyos naturales. Porque el dolor y la dureza de la enfermedad te puede dejar sin energía para atender nada más que a lo que uno quiera aferrarse, con la rabia o impotencia que cada uno quiera albergar; ese dolor debe respetarse por encima de todo, uno debería sentirse libre como mínimo para elegir cómo hacer frente a esta encrucijada, ¡qué mínimo!
Enfermos o no enfermos, nadie sabe cuándo acabará esta aventura que es la vida, miramos a los enfermos no terminales de cáncer como si ellos fueran los primeros de la lista, pero cualquiera puede marchar en cualquier momento, lo importante es la calidad de esa corta o larga aventura, por lo que no nos debería faltar siendo el mejor de los alimentos, la buena energía de... LA AMISTAD.
Maravillosa y cruda película sobre cáncer y amistad en tiempos de interna guerra química,
"Miss you already"
En los últimos meses la enfermedad se me ha acercado cruelmente a través de familiares, amigos y animales. Y es que estos últimos tampoco se escapan de las fauces de la epidemia, una de las principales causas podría estar en los piensos, salchichas y "premios", alimentos procesados y con toda clase de aditivos que no eran utilizados cuando, tiempo atrás, gatos y perros no morían en gran número por esta enfermedad. Entre el alimento casero que antiguamente consumían se incluían las sobras de frutos, verduras y ensaladas.
Además los animales consumían menos comida. Tanto en animales humanos como no humanos, comer poco más que lo necesario parece ser el mejor seguro para nuestra salud.
Recuerdo que una tarde, al ir al hospital donde a mi padre le estaban haciendo pruebas para saber si era o no un tumor, es decir, antes de saber nada, conocí en un semáforo de una manera demasiado rápida e intensa, a una fox terrier que le habían vaciado el ojo, Betty creo que se llamaba. Su ama me dijo que ahora se encontraba bien, que era un tumor localizado, aunque la expresión de su ama reflejaba como es lógico el sufrimiento por el que debió pasar. Recuerdo que sentí una ternura desgarradora por la pobre peluda y pensé que era una señal, pues en ese encuentro todo pasó muy rápido, pensé: sí, mi padre tiene un tumor. Luego con el paso de apenas unos meses y el ingreso en la arrixaca vi que en el cáncer no hay tantas señales, pues desgraciadamente hay demasiados enfermos como para determinar qué ejerce de señal o no, tal vez sólo estaba desesperada por saber el resultado, la espera es un completo infierno con el que debes aprender a crecer y a aceptar la incertidumbre, eso es infinitamente más importante que cualquier intuición. Creo que es la gran tirana lección de la enfermedad.
El primer ser querido que en estos últimos seis meses abrió esta gélida temporada, la marcha de Rocky fue un hachazo, aun más para quien cuidó de él hasta sus últimos días, nuestro amigo Pedro.
Además los animales consumían menos comida. Tanto en animales humanos como no humanos, comer poco más que lo necesario parece ser el mejor seguro para nuestra salud.
Recuerdo que una tarde, al ir al hospital donde a mi padre le estaban haciendo pruebas para saber si era o no un tumor, es decir, antes de saber nada, conocí en un semáforo de una manera demasiado rápida e intensa, a una fox terrier que le habían vaciado el ojo, Betty creo que se llamaba. Su ama me dijo que ahora se encontraba bien, que era un tumor localizado, aunque la expresión de su ama reflejaba como es lógico el sufrimiento por el que debió pasar. Recuerdo que sentí una ternura desgarradora por la pobre peluda y pensé que era una señal, pues en ese encuentro todo pasó muy rápido, pensé: sí, mi padre tiene un tumor. Luego con el paso de apenas unos meses y el ingreso en la arrixaca vi que en el cáncer no hay tantas señales, pues desgraciadamente hay demasiados enfermos como para determinar qué ejerce de señal o no, tal vez sólo estaba desesperada por saber el resultado, la espera es un completo infierno con el que debes aprender a crecer y a aceptar la incertidumbre, eso es infinitamente más importante que cualquier intuición. Creo que es la gran tirana lección de la enfermedad.
El primer ser querido que en estos últimos seis meses abrió esta gélida temporada, la marcha de Rocky fue un hachazo, aun más para quien cuidó de él hasta sus últimos días, nuestro amigo Pedro.
Comentarios
Publicar un comentario