LAS ELEGIDAS

El mundo está lleno de Elegidas que fingimos no ver. Unos escogen destrozar sus cuerpos, otros escogemos no ver sus almas. No existen. Las pruebas de su existencia son demasiado pastosas, incómodas e indescifrables, por qué íbamos a empeñarnos en pringosas apuestas.

Por ello, por ellas, por todos nosotros: por quienes "las eligen" y por quienes elegimos no verlas, son de incalculable valor películas como ésta. De incalculable valor la rabia que se nos aloja en el bajo vientre, que se rebela contra los más bajunos instintos, los que son capaces de someter la mismísima dignidad humana.

El trato crudo pero ausente de morbo ayuda a no despistar al espectador de un sagrado propósito de viva conciencia, y digo no-despistar por no decir directamente no-calentar, que si bien no es el objeto de otras películas más explosivas, a veces es consecuencia inevitable. La carne que observa frente a la pantalla no es tan diferente a la que daña dentro de ella.

Un muy respetuoso trabajo de concienciación, de estilo, de recursos, de intimísimos planos vestidos, de secado sobre la oscuridad más babosa.







Título original: Las elegidas
Año: 2015
Duración: 105 min.
País  México
Director: David Pablos
Guión: David Pablos (Idea: Jorge Volpi)
Música: Carlo Ayhllón
Fotografía: Carolina Costa
Reparto: Nancy Talamantes, , , José Santillán Cabuto, , ,
  •  "Una obra muy competente y con un propósito (...) Despierta con eficacia candentes reservas de ira entre sus espectadores." 


  • "Aunque el tema es sórdido y violento, la hábil realización apuesta por sugerir y no mostrar los actos más viles." 


  • "Una poderosa radiografía del negocio de la trata de mujeres y sus efectos devastadores, (...) La apuesta es novedosa y atractiva, y así parece confirmarlo el reconocimiento en festivales que, con toda justicia, ha comenzado a conquistar su cinta." 


  • "Un doloroso y elegante retrato de una situación espantosa que nunca cae en la explotación. (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)" 


  • "Aun con la sordidez y crudeza del tema que trata, tiene una gran virtud. David Pablos prescinde por completo de secuencias gráficas o de sexo explícito; se distancia del morbo y el amarillismo, no le interesan." 


  • "Una realidad atroz y brutal que el gran público no siempre quiere ver en la pantalla grande, pero cuya existencia es sumamente necesaria." 

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