CAMISETA "NOWHERE GIRL"
El miércoles iba por el Floridablanca con Parri en una mano y un donete en la otra, cuando me pararon.
Una pareja de periodistas monísimos, cámara en mano, para preguntarme qué nos parecía a los murcianos que cerraran las comunidades.
Me disculpo por no atenderles con la prisa de una estrella de rock que no concede entrevistas, aunque la urgencia estribaba en alcanzar papelera antes de que la mierda cayera al suelo y la cámara se marcara un zoom.
No compro bolsitas de caca, reciclo plástico de casa, lo que a veces conlleva ser rápida y talentosa en la manipulación.
Generar y comprar más plástico del que hay sólo para empaquetar truños de perro me parece la bomba del surrealismo.
Ahí estaba yo con el donete resbalando en un frágil envase transparente, y sin conocimiento alguno de cómo gestionar pandemias.
Paseando por la huerta y liberada ya de la tensión de que mi careto de recién levantada apareciera en una megapantalla de plasma, me dio por preguntarme qué hubiera hecho alguien con más sentido de la oportunidad que yo, ¿saludar a los familiares que aún no puedes ver?, ¿guiñarle un ojo al cámara?, ¿soltar seborrea política?, ¿hacerte el epidemiólogo, ¿promocionar tu tieda?, o..., ¿recordar a los espectadores que nuestra preciosa Región de Murcia, porque mira que es preciosa, es la comunidad más racista y ultraderechista de España y, según estudios socioeconómicos, la más corrupta de toda Europa?
En fin, en tiempos tan escasos de oportunidades, nada debería desaprovechar su momento de micro-gloria.
Ni siquiera quienes nunca nos adaptaremos a este juego multi-jugador y multi-trampa del perpetuo protagonismo.
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